La infección del tracto urinario inferior es una afección frecuente y a menudo dolorosa que sufren muchas personas, sobre todo mujeres, en algún momento de sus vidas. Tal fue el caso de una mujer cuyos síntomas hicieron pensar a los médicos que padecía esta infección; sin embargo, después de estudios y ultrasonidos, quedaron atónitos cuando se dieron cuenta de que en realidad tenía un vaso de vidrio atorado en la vejiga y que había permanecido ahí 4 años.
El objeto de vidrio estaba encerrado por un cálculo vesical de 8 cm de ancho, por lo que los especialistas tuvieron que intervenir quirúrgicamente. Pero ¿cómo llegó un vaso hasta ahí?
La mujer de Túnez reveló que había usado el vaso como juguete sexual varios años antes. Evidentemente, lo había insertado por el orificio externo de la uretra, el cual se localiza antes del orificio vaginal.
Su caso fue publicado en una revista médica, incluido el sorprendente escaneo y una imagen del vidrio y la piedra en la vejiga.
Si bien el informe médico no lo menciona, la mujer pudo haber estado practicando lo que se conoce como “sondeo uretral”, una actividad arriesgada que consiste en insertar un vaso u objeto en la uretra para aumentar el placer y la excitación sexual.
Por ello, los médicos han recibido informes de personas que colocan cosas allí deliberadamente, ya sea por problemas de salud mental o por placer; sin embargo, no se recomienda.
El informe señaló: “Las motivaciones más frecuentemente asociadas con la presencia de cuerpos extraños dentro de la vejiga son de naturaleza sexual o erótica. Se han insertado varios objetos en la vejiga y muchos pacientes no los quitan por sí mismos y tienen mucha vergüenza de buscar atención médica, lo que da origen a un cuadro clínico”.
La paciente llegó al servicio de urgencias del Hospital Académico Habib Bourguiba informando que había sufrido cistitis (inflamación de la vejiga) en varias ocasiones, pero nunca había sido investigada.
De acuerdo con el informe, la mujer no tenía sangre en la orina ni sufría de incontinencia urinaria, pero tenía un rango de glóbulos rojos más alto de lo normal, lo que indica que el cuerpo estaba luchando contra una infección.
Los médicos realizaron una cirugía para extraer el objeto que había estado en su cuerpo durante 4 años. Dos días después, la mujer se recuperó.