Comer detrás de unos barrotes vestido con el uniforme rayado de los presos es posible en Teherán, donde un restaurante propone a sus clientes pasar un momento en «prisión«, y ayudar con la cuenta a liberar a quienes están encarcelados por deudas impagadas.
Llamada la «Celda 16», la idea de este restaurante surgió durante la detención de sus dos fundadores, Benyamin Nakhat, de 31 años, y Arman Alizadeh, de 30.
«Conocí a mi socio durante nuestra detención. Yo trabajaba en el mercado del hierro en Teherán, pero quebré. No tenía nada de dinero» dice a la AFP, Nakhat.
Alizadeh trabajaba por su lado en la exportación, pero también se llenó de deudas.
En Irán la ley es muy severa para quienes emiten cheques sin fondos, tienen deudas o no devuelven préstamos. Se castiga con prisión hasta que se haya devuelto el préstamo o pagado la deuda.
En total, unos 11 mil iraníes están detenidos por no haber pagado sus deudas, según fuentes penitenciarias. En 2019, el número total de detenidos en el país era de 240 mil, según la agencia oficial Irna.
En prisión, Benyamin Nakhat y Arman Alizadeh se hicieron amigos. Dos años más tarde, abrieron su restaurante en el este de la capital.
«Para la decoración, fue fácil. Reproducimos el lugar donde estábamos detenidos», dice con una sonrisa Nakhat.
El país atraviesa una grave crisis económica –debido a las sanciones de Estados Unidos contra Irán— que se añade a una inflación anual del 60% y a la devaluación de la moneda nacional, el rial.
Luego, los socios inauguraron otros dos restaurantes, uno en Teherán y otro en Ispahan (centro).
Pero los propietarios no han olvidado a sus compañeros de infortunio.
«Una parte de los ingresos del restaurante ayuda a liberar a detenidos» en prisión por deudas impagadas, explica Alizadeh.