Adrián recogió a Ana Yuritzi en su hotel, acordaron cenar para detallar la propuesta del hombre de invertir en una tienda de ropa en la ciudad de la Costa Grande de Guerrero. Fueron a Tequesquitengo.
Comieron en el restaurante Infinity, cuando terminó, Adrián la llevó a una casa de alquiler en la avenida Circunvalación de la misma zona. En esa habitación es donde dejó de funcionar el celular de Ana Yuritzi.
Han pasado 15 de meses y de Ana Yuritzi no hay un solo rastro. La Fiscalía General de Morelos (FGM) apenas ha realizado dos operaciones para localizarla. Adrián, quién no es Adrián sino José, está detenido. Octavio, el presunto autor intelectual, está libre: tres veces lo han detenido y, las tres veces, ha quedado en libertad.
Ana Yuritzi estaba desempleada desde hace un par de años, vendía lo que podía para sobrevivir junto con sus hijas; tener un negocio no le pareció mala idea en ese momento.
El día 17, Ana Yuritzi terminó de hacer las compras y esperó para verse con Adrián. Todo ese tiempo estuvo en comunicación con su madre, atenta de cómo estaban sus hijas en Atoyac.
Ana Yuritzi envió a su madre el nombre de Adrián y una fotografía de él.
Su mamá la presionó para regresara lo más pronto porque sus hijas la querían ver.
“Nada más como y me regreso”, respondió Ana Yuritzi, pero no volvió.
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