Despues de sesiones de debates se le negó a Nayarit considerar las corridas de toros y las peleas de gallos cómo patrimonio cultural inmaterial.
Fue la Suprema Corte de la Justicia de la Nación quien denegó el decreto, pues se dijo que los animales también son “merecedores de un trato decente”.
“Las peleas de gallos y la fiesta taurina, al traducirse en actividades que generan sufrimiento, agonía e incluso la muerte de especies sintientes, de manera innecesaria o injustificada, resultan incompatibles o irreconciliables con el derecho humano a un medio ambiente sano y, por ende, no son susceptibles de tutela bajo los llamados derechos culturales”