El pasado domingo, el Papa Francisco expresó su preocupación tras la detención del obispo Rolando Álvarez, en Nicaragua.
El Papa expresó su “convicción y esperanza de que a través de un diálogo abierto y sincero se puedan encontrar aún las bases para una convivencia respetuosa y pacífica”.
El obispo fue detenido el viernes y trasladado a su residencia familiar en Managua donde permanece privado de libertad.
El Pontífice mencionó que “sigo de cerca con preocupación y dolor la situación creada en Nicaragua, que implica a personas e instituciones,”.
El obispo había denunciado el cierre por parte de las autoridades de cinco emisoras católicas y había reclamado al gobierno de Daniel Ortega respeto a la “libertad” religiosa.