En el comunicado emitido por la policía, se lamenta la pérdida de un miembro de la familia K-9 en un accidente trágico. El perro, llamado Aron, tenía 4 años de edad y había servido en la unidad durante año y medio. La temperatura en Houston ese día alcanzó los 35 grados, pero dejar a los perros en las patrullas durante el día es una práctica común en Texas.
Según explicó la policía, el cuidador de Aron lo dejó en la patrulla con el motor y el aire acondicionado encendidos, una medida necesaria y habitual cuando el perro no está involucrado en actividades policiales. Sin embargo, el vehículo experimentó un fallo eléctrico inesperado y se apagó. Las ventanas cerradas permitieron que los rayos del sol calentaran el interior del vehículo, volviéndolo irrespirable.
Cuando el cuidador regresó a la patrulla, encontró al perro en estado de agonía y lo llevó de inmediato a una clínica veterinaria, pero desafortunadamente no pudo sobrevivir al calor. Se señala que los vehículos de la policía cuentan con un sistema de emergencia que se activa cuando se detecta que el motor se apaga, pero en este caso, dicho mecanismo no funcionó.
El Departamento de Policía investigará la tragedia para determinar las causas de la falla y tomar medidas para prevenir futuros incidentes. Los vehículos destinados a la unidad K-9 serán inspeccionados minuciosamente para asegurar que el sistema de seguridad esté funcionando correctamente.
Este triste suceso ha conmocionado al cuerpo de policía, ya que los perros de la unidad K-9 establecen un vínculo especial con sus cuidadores. Se solicita mantener al cuidador de Aron y a toda la unidad K-9 en las oraciones mientras lamentan la pérdida de su compañero.