Los restos encontrados, confirmados por la Guardia Costera de Estados Unidos, se consideran “consistentes con la pérdida catastrófica de la cámara de presión”. Estos restos y escombros fueron encontrados en el área de búsqueda del submarino Titán, que desapareció el domingo pasado. La Guardia Costera informó el jueves que se presume que todos los tripulantes que se encontraban a bordo habrían fallecido.
La búsqueda realizada por la Guardia Costera llevó al descubrimiento de los restos a unos 500 metros de proa del Titanic, en el fondo del mar. Según el contralmirante John Mauger de la Guardia Costera estadounidense, los escombros encontrados hoy son “consistentes con la pérdida catastrófica de la cámara de presión” del submarino, como se declaró en una conferencia de prensa.
Cuando se le preguntó sobre las posibilidades de recuperar los cuerpos de los tripulantes, Mauger respondió que no tenía una respuesta definitiva, ya que el entorno en el fondo del mar es extremadamente inhóspito.
Mauger agregó que la profundidad es demasiado grande como para determinar las causas exactas de la tragedia que provocó la implosión del submarino. Un experto de la Guardia Costera mencionó que se encontraron cinco grandes restos diferentes que indicaban que pertenecían al submarino perdido.
Aunque las esperanzas de encontrar a los tripulantes con vida son escasas, las labores de recuperación de restos son importantes.
Desde que el submarino desapareció el domingo, los expertos han estado alerta debido a la pérdida de contacto con la tripulación y las circunstancias que rodearon la implosión y las causas de la tragedia.
El jueves, un vehículo submarino no tripulado descubrió un “campo de restos” mientras buscaba el submarino turístico desaparecido en el fondo del océano cerca de los restos del Titanic, según informó la Guardia Costera de Estados Unidos. Se temía que en el sumergible Titán, que tenía una longitud de 6,7 metros, hubieran cinco tripulantes que se quedaron sin oxígeno, y los expertos y autoridades continuaban buscando y rastreando en el remoto Atlántico Norte.
La empresa OceanGate Expeditions era propietaria y operadora del sumergible, que se utilizaba para realizar expediciones en aguas profundas. La misión consistía en descender y visitar el gran naufragio del Titanic, hundido en 1912 tras colisionar con un iceberg. La compañía ofrecía viajes turísticos de ocho días y siete noches para visitar los restos del Titanic, que se encuentra a una profundidad de aproximadamente 3.800 metros, por un costo aproximado de 250.000 dólares