La activista iraní Narges Mohammadi, actualmente detenida en la prisión de Evin en Teherán, hizo un llamado desde el ayuntamiento de Oslo al recibir el Nobel de la Paz, a través de sus hijos, a la comunidad internacional para poner fin al régimen iraní, que considera en su punto más bajo de legitimidad y respaldo popular.
Destacó la resistencia civil liderada por la juventud de Irán y expresó confianza en que la luz de la libertad y la justicia prevalecerá en el país. Mohammadi iniciará una nueva huelga de hambre en solidaridad con la persecución de la minoría bahaí.
Reconoció el movimiento Mujer, Vida, Libertad como una contribución significativa a la resistencia civil en Irán. Su discurso, leído en francés, refleja su firme compromiso con la lucha por los derechos humanos y la libertad en Irán.