Monserrat Hernández/Grupo Marmor
Acerca del origen del árbol de Navidad en México, se tiene el primer registro del clásico adorno en tiempos del Segundo Imperio mexicano. Cuando el emperador Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota encargaron desde Europa un pino navideño.
Aunque existen referencias de que esta práctica ya era realizada antes por algunas familias europeas —principalmente alemanas— establecidas en el país.
Sin embargo, la decoración del árbol en el Castillo de Chapultepec con Maximiliano, causó tal furor que la aristocracia mexicana la adoptó de inmediato, desplazando temporalmente a los nacimientos de su protagonismo.
Tras el fusilamiento de Maximiliano, esta tradición cayó en desuso, aunque el general Miguel Negrete, ministro de guerra durante la presidencia de Benito Juárez, retomó la tradición del árbol en 1878, luego de quedar impresionado por los árboles que conoció durante sus viajes a Europa y Estados Unidos, de modo que la sociedad mexicana retomó nuevamente la costumbre.
En el siglo XIX, algunas familias europeas instaladas en México ya tenían la tradición de adornar el árbol de Navidad durante las fiestas decembrinas, misma que fue adoptada por las familias mexicanas.
Actualmente, el árbol de navidad es un símbolo alrededor del mundo para celebrar esta época del año. Ya sea natural o artificial, este es un clásico para adornar las casas, oficinas y tiendas. Además, este se asocia con la llegada de Papá Noel o Santa Claus, quien deja regalos debajo del árbol, los cuales simbolizan los dones que Dios dio durante el año.