Monserrat Hernández/Grupo Marmor
Conocido como Nochevieja, Víspera de Año Nuevo o Fin de Año, este día se celebra en casi todo el mundo y forma parte del calendario gregoriano, originado en Europa en 1582. En ese sentido, el 31 de diciembre simboliza el cierre de un ciclo, con metas y propósitos a lograr durante el año venidero.
Se cree que el origen de la celebración de Nochevieja se remonta al Imperio Romano, que rendía homenaje en enero al dios Janus asociado con el nombre que tiene el primer mes del año (en inglés, enero se dice january, y en alemán, januar). Este dios se caracterizaba por poseer dos rostros, uno viejo con barba y otro joven. El primero mira hacia atrás (el pasado), mientras que el joven mira hacia adelante (el futuro).
Se estima que la primera celebración de fin de año se originó en Mesopotamia en el año 2.000 a.C, entre los meses de marzo y abril, significando el comienzo de las nuevas cosechas.
A lo largo del tiempo a este día se le han adjudicado rituales y supersticiones para despedir la Nochevieja, igualmente, es muy común celebrar con cenas, fiestas y reuniones sociales, brindando con una copa de licor por el nuevo año que comienza.
Por ejemplo, en algunas regiones de México se elaboran muñecos de trapo rellenos de pirotecnia y se le conoce como la ‘quema del viejo’ y simboliza la despedida del año saliente al quemar todo lo negativo que se vivió a lo largo de 365 días.