Con el comienzo de un nuevo año, también se inicia un periodo de tradiciones y costumbres, especialmente en la religión católica, donde se llevan a cabo diversos actos litúrgicos. Uno de los más destacados es la Cuaresma, un período de preparación que conmemora el calvario de Jesucristo.
Según el semanario “Desde la Fe”, la Cuaresma abarca 40 días de preparación para la Pascua, que comprende la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Esta práctica se remonta al siglo IV d.C, buscando replicar los 40 días de ayuno que Jesús experimentó.
El número 40, simbólico en el Antiguo Testamento, representa el castigo divino para aquellos que desconfiaron de Dios y vagaron por el desierto.
La Cuaresma implica un acompañamiento espiritual con Jesús, incluyendo el ayuno, que no se limita solo a la comida y la bebida, sino también a renunciar a aspectos negativos como el egoísmo, la vanidad, el orgullo, entre otros.
La limosna abarca no solo la ayuda material, sino también brindar asistencia, enseñar, aconsejar y compartir alegrías. La oración es esencial, ya que sostiene el ayuno y la limosna, transformando el corazón y generando amor.
Este año, el inicio de la Cuaresma coincidirá con el Día de San Valentín, el 14 de febrero. Durante el ayuno, se consume una sola comida fuerte al día, y la abstinencia implica evitar comer carne. El color litúrgico característico de este tiempo es el morado, simbolizando la penitencia.
