El equipo de médicos de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, Estados Unidos, llevó a cabo el primer trasplante parcial de corazón en un bebé de tan solo 18 días de edad, quien necesitaba una sustitución de válvula cardíaca.
Realizado en la primavera de 2022, el procedimiento se enfocó en implantar únicamente las válvulas y vasos cardíacos donados de otro bebé al paciente. Estas partes del órgano, que funcionan correctamente y crecen con el tiempo junto al joven receptor, representaron un avance significativo.
Lo destacado de este enfoque es la demostración de que, al igual que en los trasplantes completos de corazón, las válvulas y arterias trasplantadas pueden crecer. Además, se observa una ventaja importante: se requiere aproximadamente una cuarta parte de la cantidad de medicación inmunosupresora necesaria en comparación con un trasplante de corazón completo. Esta reducción potencialmente evita efectos secundarios perjudiciales que podrían persistir durante décadas.
Publicado en el Journal of the American Medical Association, este avance médico abre la puerta para abordar casos similares. Hasta este momento, el estándar de atención implicaba el uso de válvulas no vivas, que no crecían con el paciente y requerían reemplazos frecuentes. Estos procedimientos, asociados con una tasa de mortalidad del 50%, quedan ahora en segundo plano gracias a esta innovadora técnica.