La repentina y trágica pérdida de Jesús Nolberto Cárdenas Velázquez, conocido artísticamente como Chuy Montana, ha conmocionado a la comunidad musical. Su fallecimiento, confirmado por la disquera Street Mob Records, revela un escenario de violencia y crueldad que ha dejado consternados a quienes seguían su ascendente carrera. Encontrado con signos de tortura y heridas de bala en el libramiento de Tijuana-Rosarito, Montana fue víctima de un secuestro que desembocó en un trágico desenlace.
Montana, reconocido por su talento como artista local y su reciente firma con la disquera de renombre Fuerza Regida, deja un vacío irremplazable en la escena musical de la región fronteriza. Su música resonaba en el cruce fronterizo de San Ysidro, y su prometedor futuro se truncó de manera abrupta. Las redes sociales se inundaron de mensajes de condolencia hacia este joven cantante, cuyo potencial artístico apenas comenzaba a despegar.
A pesar del impacto generado por su trágica muerte, las circunstancias y motivaciones detrás del ataque aún permanecen en la oscuridad. Hasta el momento, ninguna detención ha sido realizada en relación con este crimen, dejando a la comunidad en busca de respuestas y justicia para Chuy Montana y su legado musical.