Durante una fiesta de pijamas organizada por su hija, un hombre en Lake Oswego, Oregon, drogó a niñas de 12 años el verano pasado en su sótano, según informes iniciales.
Michael Meyden, de 57 años, les ofreció batidos de mango, pero además de los ingredientes habituales, agregó un medicamento controlado.
Después de beber los batidos, las niñas comenzaron a experimentar síntomas extraños. Una de ellas, que notó el comportamiento sospechoso del padre de su amiga, alertó a su madre, lo que llevó a la intervención de las familias y la hospitalización de las niñas.
Los análisis médicos revelaron la presencia de benzodiacepina, un sedante, en sus organismos. Meyden enfrenta cargos por obligar a menores a consumir sustancias controladas y debe pagar una multa de 50 mil dólares, aunque no se han dado a conocer sus motivos para drogar a las niñas.