El pasado jueves, el mundo político de Chiapas se vio sacudido por una trágica noticia: Juan Pablo Montes de Oca, diputado federal por el estado y recién designado coordinador de Operación Política para el candidato a la gubernatura, Eduardo Ramírez Aguilar, perdió la vida en un fatal accidente de avioneta. Montes de Oca, quien había asumido un rol crucial en la campaña política, dejó un vacío inesperado en la escena política chiapaneca.
El incidente ocurrió alrededor de las 15:00 horas, cuando la avioneta en la que viajaba Montes de Oca se estrelló en una zona montañosa del municipio de Salto de Agua. El avión, que partió de Tuxtla Gutiérrez con destino al aeropuerto internacional de Palenque, se vio envuelto en una tragedia que cobró la vida de al menos seis personas, incluyendo al diputado, su esposa y sus hijos. El estruendo del accidente alertó a los residentes de la comunidad Lote 8, quienes informaron a las autoridades tras avistar columnas de humo.
Las primeras reacciones no se hicieron esperar. Eduardo Ramírez Aguilar, el candidato a la gubernatura de Chiapas, expresó su pesar por la pérdida de Montes de Oca y ofreció sus condolencias a las familias afectadas. En un mensaje a través de las redes sociales, Ramírez Aguilar describió el fallecimiento de Montes de Oca como un golpe duro tanto para él como para el estado de Chiapas, recordando la larga trayectoria compartida en la lucha por un mejor futuro para la región.
Juan Pablo Montes de Oca, figura destacada en la política chiapaneca, había dejado una huella importante en su carrera política. Desde su papel como alcalde de Venustiano Carranza hasta su reciente labor como diputado federal con licencia, Montes de Oca se había destacado por su compromiso con el servicio público y su visión de un Chiapas próspero. Su repentina partida deja un vacío irreparable en la esfera política del estado y en el corazón de quienes lo conocieron y trabajaron a su lado.
En medio del dolor y la conmoción, el estado de Chiapas lamenta la pérdida de uno de sus líderes más prometedores. La tragedia en los cielos deja un amargo recuerdo y un llamado a la reflexión sobre la fragilidad de la vida y la importancia de honrar el legado de aquellos que dedicaron su vida al servicio público.