Durante las últimas dos décadas, las cirugías plásticas han experimentado un aumento significativo en popularidad, desde simples retoques hasta procedimientos más complejos como cambios de sexo. Sin embargo, es crucial reconocer que estos procedimientos conllevan riesgos graves si no son realizados por profesionales cualificados.
Un trágico ejemplo de esto es el caso de Tan’Quasha Williams, una madre de dos hijos de Torrance, California, que buscaba someterse a un “mommy makeover” para recuperar su figura después del embarazo. Desafortunadamente, eligió una clínica no autorizada en Matamoros, Tamaulipas, donde perdió la vida durante el procedimiento.
Motivada por el deseo de recuperar su apariencia anterior, Tan’Quasha optó por una clínica que prometía resultados a un costo considerablemente más bajo que las opciones locales. Sin embargo, la falta de licencia y regulación adecuadas resultó en complicaciones médicas fatales durante la cirugía.
Las autoridades mexicanas informaron a la familia sobre la trágica pérdida, y su cuerpo fue repatriado para su funeral. La familia, devastada por la pérdida, decidió compartir su historia para advertir a otros sobre los peligros de las clínicas no autorizadas.
“No quiero que otra familia pase por lo que pasamos nosotros”, expresó Porsha Hilt, hermana de Tan’Quasha, “Ella era todo para nosotros y su ausencia se siente profundamente”.