Una familia de Quebec se encuentra en busca de esclarecimiento tras descubrir una situación angustiante: los restos mortales de su padre, quien falleció en Cuba durante unas vacaciones, no fueron los que recibieron en Canadá. En lugar de los esperados restos de Faraj Allah Jarjour, la familia se encontró con el cuerpo de otro hombre.
Los funerales previstos para Faraj Allah Jarjour el domingo y el lunes pasados no pudieron llevarse a cabo como se había planeado. En su lugar, su hija, Miriam Jarjour, ha emprendido una incansable búsqueda, contactando a cuantos funcionarios ha podido con la esperanza de dar con el paradero correcto del cuerpo de su padre.
“¿Dónde está mi papá? Hasta ahora, no hemos obtenido respuestas”, lamentó Jarjour.
Miriam relató que estaba junto a su padre, de 68 años, en una playa cercana a Varadero, Cuba, el 22 de marzo, cuando él sufrió un infarto y falleció. Debido a la falta de instalaciones médicas, el cuerpo de su padre permaneció cubierto en una silla de playa bajo el sol durante más de ocho horas, hasta que finalmente fue trasladado a La Habana en un vehículo. Sin embargo, lo que sucedió después de ese traslado no está claro.
Siguiendo las instrucciones del consulado canadiense, Miriam pagó 10,000 dólares canadienses (aproximadamente 7,300 dólares estadounidenses) para repatriar el cuerpo de su padre a casa. Sin embargo, el féretro que llegó la semana pasada contenía los restos de un hombre ruso que era al menos 20 años más joven que su padre y tenía características físicas diferentes.
A pesar de que el cuerpo equivocado ya fue enviado a su país de origen, la familia de Jarjour sigue sin saber dónde se encuentra su padre.
Cuando Miriam se comunicó con las autoridades consulares de Canadá en Cuba, estas culparon a la compañía cubana encargada de coordinar la repatriación de los restos. Desde entonces, Miriam ha estado enviando correos electrónicos a varios funcionarios del gobierno, incluido su representante en el Parlamento, quien accedió a contactar a la ministra de Relaciones Exteriores, Mélanie Joly.
Miriam describió a su padre como un hombre activo y alegre, quien nunca fumaba ni bebía. El calvario ha tenido un costo físico y emocional tremendo para su madre y su hermano, quienes además de lidiar con el duelo, se encuentran en la difícil situación de obtener respuestas de las autoridades que parecen deslindarse de cualquier responsabilidad.
Hasta ahora, la familia ha gastado 25,000 dólares canadienses (aproximadamente 18,248 dólares estadounidenses), incluidos 15,000 dólares canadienses (aproximadamente 10,950 dólares estadounidenses) en servicios funerarios que han quedado suspendidos.
La Agencia de Asuntos Globales de Canadá informó en un correo electrónico que los funcionarios consulares están trabajando en conjunto con las autoridades cubanas y la familia para resolver el asunto. Sin embargo, Miriam no siente que esté recibiendo las respuestas necesarias y espera que la ministra Joly intervenga personalmente para presionar a las autoridades cubanas.