Marian Salazar | Grupo Marmor
En la era digital, donde las interacciones sociales a menudo se limitan a las pantallas de nuestros dispositivos, la tendencia de pagar para cenar con desconocidos está teniendo un impacto significativo en la forma en que las nuevas generaciones crean y mantienen vínculos sociales.
Una nueva tendencia se está popularizando en los últimos meses: pagar por una cena que se comparte con desconocidos. Esta innovadora práctica busca combatir la soledad urbana, permitir conocer personas nuevas, crear relaciones genuinas y apoyar comercios locales. Durante estas cenas, los participantes se presentan, hablando de su profesión, edad, lugar de residencia y otros datos relevantes.
Plataformas como Confra, originada en Brasil el año pasado, o TimeLeft, nacida en Portugal y expandida a varios países de América Latina, incluyendo Argentina, Brasil, México y Uruguay, ofrecen estas experiencias. “Participa en una cena con seis desconocidos, o mejor aún, seis amigos que aún no conoces”, promociona Confra, invitando a los usuarios a sumergirse en “la magia de los encuentros casuales”. Por su parte, TimeLeft promete “momentos seguros para interactuar con las personas que te rodean” y “para que te involucres más en el mundo en el que vives”.
Las plataformas utilizan algoritmos para formar grupos de seis personas basándose en afinidades detectadas a través de cuestionarios sobre intereses, garantizando así que las conversaciones sean más enriquecedoras y que los encuentros se lleven a cabo en lugares ideales para el grupo.