Monserrat Hernández/Grupo Marmor
El Día Internacional de la Juventud se celebra el 12 de agosto de cada año. Fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1999 como una forma de aumentar la conciencia entre la población mundial sobre los problemas y/o desafíos que la juventud enfrenta cada día.
Según datos de la ONU, en el mundo hay unos mil 800 millones de jóvenes con edades comprendidas entre los 10 y 24 años. Muchos de ellos viven en zonas de conflicto. Otros se encuentran en dificultades para el acceso al mercado laboral o la vivienda.
No es fácil para ellos participar en política ni en grupos de influencia social, lo cual les dificulta poder luchar por una sociedad más justa para su desarrollo como personas plenas.
Por ello, luego de que el organismo internacional pusiera en marcha la conmemoración de la fecha, también propuso el Programa de Acción Mundial para los Jóvenes. Este programa cuenta con las 15 esferas prioritarias: educación, empleo, hambre y pobreza, salud, medio ambiente, el uso indebido de drogas, delincuencia juvenil, actividades recreativa, globalización, conflictos armados y cuestiones intergeneracionales, por mencionar algunos.
De acuerdo a la ONU, así como a otras ONG’s internacionales, los jóvenes son considerados agentes de cambio y progreso cuando están educados y capacitados para participar en la toma de decisiones. Sin embargo, en todo el mundo, un gran número de jóvenes todavía se quedan atrás, recibiendo educación de baja calidad y encuentran pocas oportunidades de trabajo
