Redacción / Grupo Marmor
Las piñatas a lo largo de los años, han evolucionado en su forma y decoración, pero uno de sus aspectos más característicos son los picos que las adornan.
Cada uno de estos picos tiene un simbolismo profundo, relacionado principalmente con la lucha del bien contra el mal. Se dice que los siete picos representan los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Así, la piñata simboliza el esfuerzo por vencer las tentaciones del mal, y el acto de romperla representa la victoria del bien.
El niño que rompe la piñata, al intentar golpearla, simboliza el enfrentamiento contra estas tentaciones. Al destruirla, los dulces y premios que caen al suelo son la recompensa por vencer las adversidades, reflejando la esperanza y la alegría que surgen al derrotar los vicios.
De esta forma, la piñata no solo es un juego festivo, sino que también lleva consigo un mensaje profundo de superación y triunfo espiritual. Con sus picos, colores y formas, nos recuerda la importancia de luchar por lo que es bueno, y que, aunque el camino sea difícil, siempre hay una recompensa al final.