Redacción // Grupo Marmor.
La celebración navideña en Michoacán se caracteriza por su singularidad.
La festividad Uarokua se lleva, a cabo entre el 24 y el 25 de diciembre.
Durante esta celebración, los bailadores, conocidos como “mara’akátakua”, se realizan, danzas con trajes tradicionales, máscaras y adornos, acompañados de música ancestral. Las velas y hogueras simbolizan el resplandor que aleja las influencias adversas.
Esta ‘fiesta’, es realizada en Quinceo mas específicamente en Paracho a al menos en un poblado de este, en donde se representa el momento donde se le corta el cordón al niño dios.
Mientras que la fiesta de Takari, celebrada el 6 de enero, rinde homenaje a los Reyes Magos.
Esa celebridad se realiza en Tarímbaro, Michoacán, donde se distingue por llenar las calles de danzantes los cuales se encargan de recoger el heno para el lecho del niño dios.
Los participantes, vestidos como los Reyes, recorren las casas cantando villancicos y distribuyendo dulces, mientras siguen una estrella brillante en una procesión. Esta festividad resalta el valor de la unidad familiar y comunitaria.
Ambas celebraciones reflejan la rica herencia cultural de los purépechas y su conexión con la naturaleza y la espiritualidad.
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