Redacción // Grupo Marmor
El muérdago es una de las plantas más usadas en estas épocas del año, como uso decorativo, pero es más que eso.
Su origen data del siglo XVII y es de orígenes escandinavos esta tradición surge de la cultura de los celtas, pues la consideraban una planta sagrada para las personas que pertenecían a la clase sacerdotal, así como maestros y jueces, en Irlanda, Gran Bretaña, La Europa Céltica, comprendida en el norte de España, desempeñaba funciones como la curación y la adivinanza.
En el siglo XVIII, el muérdago adquirió un nuevo significado con la tradición de besarse bajo él, en las reuniones familiares y festivas, especialmente en Europa, se convirtió en un símbolo de paz y reconciliación. Según la costumbre, si dos personas se encontraban bajo un ramito de muérdago, debían besarse como un acto de buena voluntad. Este gesto de cariño y afecto refleja el espíritu de la Navidad, centrado en la unión y el amor entre las personas.
Esta planta no solo es conocida por sus connotaciones románticas, sino también por su presencia en la decoración navideña. Se cuelga tradicionalmente en puertas, techos y paredes, simbolizando la protección y la prosperidad durante las festividades.
Con su rica historia y su profundo simbolismo, sigue siendo un emblema de amor, paz y protección, valores que están en el corazón de las celebraciones navideñas. Ya sea como parte de una tradición familiar o como un simple gesto de cariño, el muérdago sigue siendo una presencia entrañable y significativa durante las fiestas.