#Imágenes // Personas confunden a su vecino con un delincuente y lo linchan #Internacional

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Redacción | Grupo marmor

Tenía 31 años, era albañil y padre de dos hijos. Un grupo de vecinos lo confundió con un ladrón y lo mató a golpes. Hay tres detenidos, pero buscan a más implicados.

Jeremías Sosa, un albañil de 31 años oriundo de Misiones, fue brutalmente asesinado a golpes por un grupo de vecinos en la localidad de Olivera, partido de Luján, tras ser confundido con un ladrón.  La Justicia avanza en la investigación del caso, que ya cuenta con tres detenidos, aunque se estima que al menos cinco agresores más estarían involucrados.

El hecho ocurrió el sábado 22 de febrero por la noche, entre las 22 y las 22:30, en la avenida Juan XXIII, entre las calles Reconquista y Remedios de Escalada. Según fuentes cercanas a la investigación, Sosa caminaba por la zona cuando varias personas comenzaron a seguirlo. 

Preso del miedo, el joven intentó escapar corriendo, pero fue alcanzado y atacado sin piedad. “Lo derribaron con un golpe y, una vez en el suelo, un grupo de al menos cinco personas lo golpeó con trompadas y patadas, principalmente en la cabeza, mientras le gritaban acusándolo de haber robado”, informó una fuente judicial. 

No hay registros de denuncias previas contra Sosa ni reportes de robos en la zona ese día, lo que refuerza la hipótesis de que se trató de un caso de justicia por mano propia contra un hombre inocente.

El ataque tuvo lugar frente a varios vecinos, algunos de los cuales intentaron detener la violencia sin éxito. Sus testimonios son ahora piezas clave en el expediente que lleva adelante la fiscal María Laura Cordiviola, de la Unidad Funcional de Instrucción N°10 del Departamento Judicial Mercedes.  Aunque no había cámaras de seguridad en el punto exacto del ataque, imágenes de la persecución captadas a pocas cuadras ya forman parte de la investigación.

Cuando la policía llegó al lugar, encontró a Sosa inconsciente en la calle. Los intentos de reanimación fueron inútiles, y tras ser trasladado al Hospital Zonal General Nuestra Señora de Luján, los médicos confirmaron su fallecimiento. La autopsia reveló que la causa de muerte fue un shock neurogénico provocado por un traumatismo grave de cráneo, compatible con la feroz golpiza recibida. Tres detenidos y más sospechosos en la mira.

La investigación ha derivado hasta el momento en la detención de tres personas. Gustavo Rocha (49), Alex Iñiguez (25) y Lucas González Bonomo (23). En los operativos policiales se secuestraron teléfonos celulares, prendas de vestir y otros elementos relevantes. Sin embargo, la fiscalía cree que el número total de atacantes podría ser mayor. 

“Aún no tenemos certeza de cuántos participaron, pero seguimos buscando al menos a cinco sospechosos más”, indicó una fuente del caso.

La carátula inicial del caso era “homicidio en riña”, pero tras los avances en la investigación y la recalificación de los hechos, ahora se investiga como “homicidio agravado por alevosía”, un delito que prevé prisión perpetua. Familiares de Sosa, por su parte, denuncian que algunos de los implicados estarían siendo protegidos por tener influencias o recursos económicos.

¿Quién era Jeremías Sosa? Jeremías Sosa no era un desconocido en su comunidad. Nacido y criado en Jardín América, Misiones, era padre de dos hijos, de 14 y 3 años, y se ganaba la vida como albañil. Además, participaba activamente en un comedor comunitario que ayudaba a jóvenes con problemas de adicción. Había viajado a Luján para visitar a su familia y realizar trabajos de construcción junto a su padre. “Él no tenía necesidad de robar. Trabajaba sin parar para sus hijos y para ayudar a otros. Lo mataron por nada”, expresó Magalí, una de sus hermanas, en diálogo con medios locales. 

La familia, sumida en el dolor, reclama justicia y exige que todos los responsables sean llevados ante la ley. En los últimos días, vecinos de Olivera y de Jardín América realizaron marchas para pedir el esclarecimiento del crimen. Mientras tanto, la comunidad sigue conmocionada por un hecho que expone los peligros de la violencia colectiva y el error fatal de asumir culpas sin pruebas.