Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, exlíderes del cártel de Los Zetas, comparecieron ante una corte en Washington, D.C., donde se declararon no culpables de los cuatro delitos que se les imputan: tráfico de drogas, crimen organizado, posesión de armas y lavado de dinero. De ser encontrados culpables, podrían enfrentar la pena de muerte.
Los hermanos, quienes pasaron más de ocho años en prisión en México antes de ser extraditados a Estados Unidos, ahora enfrentan nuevas acusaciones, incluyendo una conspiración criminal de largo plazo. Investigaciones señalan que, a pesar de estar encarcelados, continuaron operando dentro del crimen organizado desde prisión.
Su caso representa un golpe importante en la lucha contra el narcotráfico, mientras las autoridades buscan desmantelar por completo las redes de Los Zetas y su influencia en el tráfico de drogas a nivel internacional.