Redacción / Grupo Marmor
Un menor de 13 años, identificado como Erick Leonardo Terán Torbellín, perdió la vida el pasado 26 de abril durante un campamento organizado por la Academia Militarizada Ollin Cuauhtémoc, ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México. La necropsia reveló que la causa de muerte fue un estallamiento de vísceras, presuntamente derivado de agresiones físicas, desatando una ola de indignación y denuncias por parte de padres de familia.
Familiares y compañeros del menor denunciaron que Erick fue víctima de maltratos físicos y psicológicos durante el campamento en Cuautla, Morelos. Testimonios señalan que los instructores, incluyendo a una capitana identificada como Mariana y un sargento llamado Juan Carlos, sometieron a los menores a castigos extremos, como golpes, arrastres por el suelo y racionamiento de agua y alimentos. “A mi hijo lo arrastraron y patearon, ignoraron sus quejas de dolor”, relató Erika Torbellín, madre del menor, quien exige justicia y el cierre definitivo de la academia.
La alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, expresó su compromiso con las familias afectadas, brindando apoyo psicológico y jurídico. Junto con el Instituto de Verificación Administrativa (INVEA), las autoridades intentaron inspeccionar el plantel en la colonia Santa María la Ribera, pero lo encontraron cerrado, dejando un citatorio para el 28 de abril. “No toleraremos la violencia en espacios educativos. Exigimos a la Fiscalía de Morelos encontrar a los responsables”, declaró Rojo de la Vega.
La Academia Militarizada Ollin Cuauhtémoc emitió un comunicado lamentando el fallecimiento y afirmando que se proporcionaron primeros auxilios, pero evitó dar detalles debido a la investigación en curso. Sin embargo, padres y exalumnos han denunciado abusos sistemáticos en la institución, incluyendo ejercicios extenuantes bajo condiciones inhumanas.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y la Fiscalía de Morelos investigan el caso por homicidio doloso, mientras los padres exigen la regulación de academias militarizadas y sanciones ejemplares para los responsables. El caso de Erick ha generado un llamado nacional para proteger a la niñez de la violencia institucional.