Estados Unidos.- El caso de Adriana Smith, una enfermera de Georgia, Estados Unidos, ha causado indignación, pues el estado ha decidido mantenerla con vida a pesar de tener muerte cerebral, para que termine su embarazo, pues en Georgia está prohibido el aborto.
La mujer de 30 años de edad no recibió la atención adecuada en el hospital, y le dieron un diagnostico erróneo que le costó la vida.
Sin embargo, a pesar de la tragedia, su familia debe mantenerla conectada por que así lo marca la ley; aunque tanto sus seres queridos como en redes sociales piden que la dejen descansar.
Fue el Hospital Northside de Atlanta, quienes han tomado la decisión de mantenerla con vida artificial, luego de que su cerebro se llenara de coágulos.
Pese a que su familia desearía dejarla descansar, el cuerpo médico continua con la decisión de que siga conectada.
