Ulises Diaz || Grupo Marmor
Cuatro aviones de combate F-35A de la Fuerza Aérea de Estados Unidos fueron avistados esta mañana sobrevolando el norte de Italia en formación táctica, acompañados por aviones cisterna KC-135. Según reportó el sitio especializado The Aviationist, las aeronaves forman parte de una operación de traslado militar hacia Medio Oriente.
Este tipo de despliegue, conocido como “Coronet East”, suele involucrar rutas transatlánticas acompañadas por aviones de reabastecimiento en vuelo, lo que permite a los cazas cruzar largas distancias sin aterrizar. Aunque el Pentágono no ha confirmado oficialmente su destino, todo apunta a que se dirigen a una base en la región del Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), posiblemente como parte de una maniobra de refuerzo estratégico ante las recientes tensiones en Medio Oriente.
A lo largo de la semana, se ha registrado un inusual incremento de movimientos militares aéreos: decenas de aviones cisterna KC-135 y KC-46 han cruzado el Atlántico, lo cual ha generado inquietud en medios especializados y entre analistas de defensa.
Este despliegue se da en paralelo al envío del portaaviones USS Nimitz junto con su grupo de ataque hacia la misma región, reforzando la percepción de que algo se está gestando en el tablero internacional. Aunque no se ha emitido ninguna alerta formal, el volumen y la coordinación de estos movimientos indican que las Fuerzas Armadas estadounidenses están elevando su postura de preparación.
¿Por qué importa esto?
Los F-35A son aeronaves de quinta generación, capaces de operar en misiones de ataque, vigilancia y defensa en entornos hostiles. Su presencia en zonas de tensión suele estar vinculada a escenarios de disuasión o respuesta rápida. Para quienes siguen la actualidad internacional, estos movimientos podrían ser una señal de que el clima geopolítico está cambiando… y rápido.
Aunque aún no hay motivos para alarmarse, el incremento visible de recursos militares en la zona sugiere que algo más grande se está preparando.
