Redacción | Grupo Marmor
En un giro radical para la comunidad LGBTIQ+ en Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha desmantelado una serie de derechos y protecciones para las personas transgénero. Desde el inicio de su mandato, el republicano ha implementado medidas que buscan establecer un modelo de género binario, eliminando avances previamente logrados en el ámbito laboral, académico y militar.
Entre las primeras acciones, se suspendió la emisión de documentos con una casilla de género neutro, afirmando que “solo hay dos géneros: masculino y femenino”. En una de las medidas más controversiales, se prohibió que atletas transgénero participen en deportes femeninos, con la amenaza de retirar subsidios federales a las instituciones que no cumplan con esta orden.
Además, el gobierno de Trump ha puesto en la mira los tratamientos de transición de género para menores de 19 años. Un informe de más de 400 páginas, publicado por el Departamento de Salud, advierte sobre los “riesgos significativos” de estas intervenciones, una conclusión que ha sido rechazada por organizaciones médicas que defienden su seguridad y eficacia.
Estas políticas han sido respaldadas por la Corte Suprema de mayoría conservadora, que ha avalado desde la prohibición a militares transgénero hasta las leyes estatales que restringen el acceso a tratamientos para menores. Mientras tanto, la comunidad trans y sus aliados continúan manifestándose, argumentando que su existencia está en contradicción con las nuevas directrices gubernamentales.