Descontrol climático Europa arde, Argentina se congela y la ONU alerta que es solo el comienzo

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Redacción | Grupo Marmor

Mientras Europa se sofoca bajo una intensa ola de calor, con termómetros superando los 40°C en varias regiones, Argentina experimenta un invierno crudo con temperaturas gélidas y nevadas inusuales. Esta dicotomía climática global, que genera caos y preocupación en ambos hemisferios, ha llevado a la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de la ONU a lanzar una sombría advertencia: el mundo debe prepararse para olas de calor y frío cada vez más frecuentes e intensas, una consecuencia directa del cambio climático.

En el Viejo Continente, el calor extremo ha paralizado la vida diaria. París, epicentro de la alerta roja en Ile de France, registró 39°C, obligando al cierre de la cima de la Torre Eiffel y la suspensión de clases en más de mil 350 escuelas por la imposibilidad de ventilar los edificios. La red ferroviaria francesa (SNCF) incluso tuvo que suspender trenes hacia Italia debido a los deslizamientos de tierra provocados por las tormentas asociadas al calor, y una central nuclear detuvo operaciones temporalmente para evitar sobrecalentamiento. Portugal no se queda atrás, con temperaturas por encima de los 40°C y la aparición de una inusual “nube de rodillo” o “tsunami de nubes” que, aunque inofensiva, generó alarma entre los turistas y es síntoma de la atmósfera extrema.

La situación es diametralmente opuesta en el Cono Sur. Argentina ha sido golpeada por una ola polar con temperaturas que perforaron los -10°C. Buenos Aires capital registró -0.1°C, su mínima del año, y provincias como Chubut alcanzaron los -18°C. Lo más sorprendente fue la nevada en playas de Miramar, un fenómeno poco común que cubrió de blanco la costa, mientras Mendoza y San Juan reportaron intensas nevadas que complicaron el tránsito en rutas y caminos de montaña. Los especialistas del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) atribuyen esta ola polar a una masa de aire frío proveniente del sur del continente, intensificada por noches despejadas.

Ante este panorama global de extremos, Clare Nullis, vocera de la OMM, fue contundente: “Como resultado del cambio climático provocado por el hombre, el calor extremo se está volviendo más frecuente, más intenso. Es algo con lo que tenemos que aprender a vivir”. Nullis calificó al calor extremo como un “asesino silencioso” y advirtió que la mortalidad por calor está subestimada en las estadísticas oficiales. “Es importante señalar que cada muerte por calor es innecesaria: tenemos el conocimiento, tenemos las herramientas, podemos salvar vidas”, concluyó. La humanidad se enfrenta a una realidad donde los fenómenos climáticos extremos no son la excepción, sino la nueva regla.