Redacción | Grupo Marmor
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha salido enérgica defensa del “Chocolate del Bienestar”, un producto vendido en las Tiendas del Bienestar, tras una oleada de críticas, principalmente de la oposición, sobre su presentación y concepto. Desde su conferencia matutina, la mandataria mexicana señaló la desaprobación como una muestra de que “todo les molesta” cuando se trata de programas dirigidos a los sectores más vulnerables.
Sheinbaum afirmó que la verdadera molestia de sus críticos radica en la existencia misma de los programas del Bienestar, diseñados para apoyar a las personas de escasos recursos en México. Subrayó que la oposición se incomoda con la política de su administración de priorizar a los pobres, incluso cuando se trata de un producto como el chocolate.
La presidenta enfatizó que este chocolate en particular destaca por su alto contenido de cacao –el mayor en el mercado– y desvinculó su consumo del problema de la obesidad, atribuyendo este último al exceso de azúcar y no al cacao en sí. Más allá de su composición, Sheinbaum reiteró que el “Chocolate del Bienestar” es fundamentalmente un programa de apoyo para los campesinos más pobres del país, comprando su cacao a precios justos y permitiendo su transformación en un producto final vendido en las Tiendas del Bienestar.
“Si hay programas del bienestar, les molesta; si hay apoyo para la producción para campesinos pobres para comprarles a precio justo el cacao que se transforme, que se pueda vender en barra de chocolate para las Tiendas del Bienestar, les molesta. Les molesta que haya políticas para los pobres, les molesta que por el bien de todos, primero los pobres”, sentenció la presidenta, reafirmando que la resistencia de la oposición se debe a la visión de apoyo a quienes menos tienen. Sheinbaum contrastó esta filosofía con la creencia de sus adversarios de que el beneficio debe “llegar desde arriba hacia abajo”, una idea que, según ella, es la raíz de su descontento. El programa del Chocolate del Bienestar está siendo implementado de manera ejemplar, bajo la dirección de María Luisa Albores, Directora General de Seguridad Alimentaria Mexicana.