En cuestión de minutos, lo que parecía un río tranquilo se transformó en una fuerza imparable. Una inundación repentina sacudió el río Khir Ganga, en el distrito de Uttarkashi, al norte de la India, dejando a su paso escenas tan impresionantes como aterradoras.
El fenómeno, causado por intensas lluvias monzónicas, arrastró rocas gigantes, árboles y toneladas de lodo, recordándonos una verdad inevitable: el agua nunca pide permiso, simplemente avanza. Y cuando lo hace, lo mejor es mantenerse lejos.
Este evento no solo pone en alerta a las autoridades, que ya trabajan en medidas de evacuación y control, sino también a todos nosotros, como espectadores de la fuerza salvaje y a veces impredecible de la naturaleza.
¿Intriga? ¿Admiración? ¿Temor? Un poco de todo. Porque cuando la tierra tiembla y el agua ruge, solo queda aprender, prepararse… y respetar.