El caos se apodera de las calles francesas. Miles de manifestantes han tomado las principales ciudades en una ola de protestas que crece hora tras hora. Lo que comenzó como un rechazo a las reformas económicas del gobierno, hoy se ha convertido en un estallido social.
Enfrentamientos con la policía, barricadas incendiadas y disturbios masivos marcan el pulso de un país que exige ser escuchado. Mientras el gobierno guarda silencio o promete medidas “graduales”, la ciudadanía responde con rabia y determinación.
¿Crisis económica o colapso político en puerta? Francia está en un momento crítico, y el mundo mira con atención.
Esto no es solo una protesta: es un grito colectivo.