Un trágico accidente ocurrió en Iztapalapa, Ciudad de México, cuando una pipa de gas LP explotó, cobrando la vida de 21 muertos en aumento contando su chofer, Fernando Soto Munguía. Sin embargo, lo que muchos no saben es que Soto Munguía jugó un papel crucial para evitar una catástrofe aún mayor.
Testigos reportaron que el chofer, tras ser alcanzado por las llamas, logró bajar de la pipa tambaleándose y, con el cuerpo ya quemado por el derrame del gas, intentó abrir las válvulas para reducir la presión del combustible y evitar una explosión masiva. Algunos aseguran que su valiente acción ayudó a mitigar la magnitud del desastre, aunque otras versiones sugieren que no logró abrir las válvulas a tiempo, lo que habría desencadenado el accidente.
Versiones de empleados de la empresa propietaria de la pipa señalan que Soto Munguía ya había manifestado anteriormente su preocupación por el mal estado del vehículo, describiéndolo como “viejo” y con problemas en la válvula. Tristemente, las quejas no fueron tomadas en cuenta hasta que la tragedia ocurrió.
Este incidente reitera la necesidad urgente de mejorar los protocolos de seguridad y mantenimiento en el transporte de materiales peligrosos, especialmente cuando la vida de tantas personas puede estar en riesgo.
A pesar de la tragedia, el heroísmo de Fernando Soto Munguía sigue siendo recordado, ya que, con su acción, probablemente evitó una explosión de mayor magnitud que pudo haber afectado a toda la comunidad.