La heladería Figlio, con casi 50 años de historia en Tandil, inauguró recientemente una remodelación integral de su local en San Martín 545, combinando tradición familiar con una propuesta estética singular. El nuevo espacio incorpora elementos arquitectónicos inspirados en el Renacimiento, como columnas, arcos, casetones ornamentados y una cúpula decorada con bombones, integrando diseño artístico a un comercio gastronómico.
El uso de materiales nobles, como mármol italiano y piedra de la zona, busca establecer un diálogo entre lo global y lo local. Además, esculturas temáticas y detalles vinculados a la materia prima como flores de cacao o capiteles en forma de copas refuerzan la identidad del lugar y su narrativa familiar.
En cuanto a su propuesta culinaria, Figlio mantiene una línea de helado artesanal premium, elaborado con leche fresca, crema doble, frutas reales, chocolate belga y frutos secos tostados. Los sabores disponibles combinan clásicos con opciones más elaboradas, y la oferta se complementa con pastelería artesanal y café de especialidad.
Más allá de su función comercial, Figlio busca consolidarse como un espacio cultural y de encuentro en Tandil. La renovación del edificio no solo responde a criterios funcionales, sino también al deseo de aportar valor urbano y estético al entorno.
El proyecto ha sido bien recibido por el público y plantea una reflexión sobre cómo la arquitectura y el diseño pueden enriquecer experiencias cotidianas como la de consumir un helado.