La ciudad de Crato, en el estado de Ceará, inauguró el 13 de noviembre de 2025 la estatua más alta del mundo dedicada a Nuestra Señora de Fátima. Con 54 metros de altura, la obra se convierte en un nuevo referente del turismo religioso en la región del Cariri y supera incluso a monumentos emblemáticos como el Cristo Redentor.
La escultura, realizada por el artista brasileño Ranilson Viana, fue develada durante una ceremonia que reunió a autoridades estatales, representantes de la Iglesia y cientos de fieles. Entre los asistentes estuvieron el gobernador de Ceará, Elmano de Freitas; el ministro de Educación, Camilo Santana; y el obispo de Crato, Magnus Henrique Lopes, quienes destacaron el valor cultural y espiritual del proyecto.
La jornada comenzó con una misa solemne encabezada por el obispo, seguida de la bendición del monumento y presentaciones artísticas. Cantantes católicos como la Hermana Kelly Patrícia y el padre Fábio de Melo participaron en la celebración, que congregó a peregrinos provenientes de diferentes regiones del país.
El gobierno estatal informó que se realizaron mejoras en la infraestructura vial y turística para facilitar el acceso al sitio, con una inversión superior a los 6 millones de reales destinada a pavimentación, señalización y áreas de recepción para visitantes. Autoridades locales señalaron que la región del Cariri ya genera millones de reales anuales por turismo religioso y esperan que el nuevo monumento incremente significativamente el flujo de peregrinos.
La devoción a Nuestra Señora de Fátima tiene raíces profundas en Crato. Hace más de siete décadas, la ciudad recibió una imagen peregrina proveniente de Portugal, un acontecimiento que marcó su identidad mariana. Según representantes de la diócesis, la nueva estatua sustituye a otra instalada hace diez años, con un diseño que ahora alcanza la altura equivalente a un edificio de hasta 18 pisos.
El escultor Ranilson Viana explicó que incorporó elementos simbólicos, como una corona y un manto blanco, para resaltar aspectos tradicionales de la iconografía mariana. Afirmó que la obra busca ser “un punto de encuentro entre fe, cultura y comunidad”, además de convertirse en un atractivo que impulse el desarrollo económico local.
Con su inauguración, el monumento se posiciona como un nuevo punto de peregrinación para miles de fieles que visitan anualmente el Cariri. Autoridades eclesiásticas y civiles aseguran que la estatua no solo representa un récord mundial, sino también un símbolo de identidad para la población y un motor para el crecimiento turístico de la región.




























