China avanza rápidamente en la sustitución de camiones diésel por unidades completamente eléctricas, marcando una transformación profunda en el sector del transporte pesado. La adopción masiva de estos vehículos ha sido impulsada por políticas gubernamentales, incentivos fiscales y el desarrollo tecnológico de fabricantes locales.
De acuerdo con reportes internacionales, el país asiático está registrando cifras récord en ventas e implementación de camiones eléctricos, superando ampliamente a cualquier otro mercado global. Empresas logísticas y mineras han comenzado a migrar sus flotas, motivadas por la reducción de costos operativos y la presión por disminuir emisiones contaminantes.
La transición tiene implicaciones directas en la industria energética, la demanda de baterías y la cadena de suministro mundial, debido a la influencia que China mantiene en el mercado de vehículos eléctricos. Analistas señalan que esta tendencia podría acelerar la descarbonización del transporte pesado a nivel global.


















