El gobierno francés estudia poner en marcha un servicio militar voluntario (SMV) con el fin de reforzar su defensa ante lo que considera una amenaza creciente por parte de Rusia. La propuesta, impulsada por el presidente Emmanuel Macron y el general Fabien Mandon nuevo jefe del Estado Mayor,busca movilizar a jóvenes y aumentar significativamente las reservas militares.
En una primera fase, el plan prevé reclutar alrededor de 10 000 jóvenes, quienes recibirían una formación durante 10 meses. A largo plazo, se pretende alcanzar hasta 50 000 voluntarios para 2035, según los medios franceses. Los participantes podrían recibir un salario mensual neto estimado en 2 000 euros, lo que reforzaría el atractivo del programa.
Además de aumentar el número de efectivos en activo, el objetivo es duplicar la reserva militar: pasar de los actuales 46 000 reservistas a 80 000. Este reforzamiento se enmarca en una estrategia más amplia de Macron para fortalecer las capacidades defensivas de Francia, en medio de un contexto geopolítico cada vez más volátil.
El plan también refleja una búsqueda de cohesión social. Al ofrecer un servicio voluntario, el gobierno pretende atraer a jóvenes que deseen comprometerse con la defensa nacional sin recurrir a la conscripción obligatoria, opción que el propio Macron ha descartado por considerar que no es “realista”.
Sin embargo, surgen preguntas sobre la financiación de esta iniciativa, especialmente en un momento en que el presupuesto nacional enfrenta otros retos. Asimismo, expertos cuestionan si será posible lograr la meta de largo plazo dada la experiencia histórica de programas similares. En paralelo, Francia no es la única nación europea que revisita su modelo de servicio: varios países, afectados por la inestabilidad de seguridad, ya han comenzado a recuperar formas de reclutamiento voluntario o incluso obligatorio





























