A un mes del asesinato de Carlos Manzo, Uruapan volvió a reunirse para recordar a su esposo, al líder social del movimiento del sombrero y exigir justicia. La jornada comenzó con una misa en la que familiares, funcionarios municipales y habitantes de la ciudad oraron por su eterno descanso y por consuelo para una comunidad que aún no supera el crimen ocurrido el 1 de noviembre en la Plaza de los Mártires.
La alcaldesa Grecia Quiroz asistió acompañada del regidor Víctor Hugo de la Cruz y del secretario de Obras Públicas, Esteban Constantino, ambos sobrevivientes del ataque armado. Tras la ceremonia, y bajo un fuerte dispositivo de seguridad, se trasladó al punto exacto donde Manzo fue asesinado.
En el lugar colocó flores y veladoras, permaneciendo varios minutos en silencio, visiblemente conmovida. Después, sin dar declaraciones, dejó la zona a bordo de su camioneta.
En torno al sitio del atentado, vecinos continuaron colocando ofrendas y objetos simbólicos sobre las vallas que permanecen instaladas desde el crimen, mientras la enorme calavera de Día de Muertos, aún colocada, recuerda el momento en que la ciudad quedó marcada por la violencia.