Después de seis años de espera, el Knotfest México 2025 regresó, aunque con cambios significativos: sin bandas nacionales, sin Slipknot y con nueva sede en el Estadio Fray Nano. Sin embargo, lo que nunca falta es la comunidad de fans dispuesta a vestirse de negro y entregarse al metal, sin importar el sol que caía sobre la Ciudad de México.
Desde temprano, Marilyn Manson tomó el control del ambiente antes de subir al escenario. El cantante estadounidense, encargado de cerrar el festival, estableció un código de vestimenta: rostros pintados de blanco, labios rojos intensos, pupilentes fantasmales y looks gótico-industriales inspirados en su estética. La precisión en los disfraces y maquillaje mostraba la devoción de los asistentes.
Afuera del estadio, la procesión negra sorprendía a transeúntes y conductores sobre Francisco del Paso y Troncoso, con cientos de siluetas oscuras moviéndose entre el tráfico, recordando que el festival no solo es música, sino toda una experiencia cultural y visual.
Dentro, los fans se dividían entre comprar merch exclusivo y reencontrarse con viejos amigos. La primera descarga de metal llegó a las 4:47 p.m., cuando Wage War subió al escenario. Los slam circles se multiplicaron, empujes controlados llenaron el Fray Nano de energía y los gritos del vocalista encendieron a los presentes, demostrando que la ausencia de Slipknot no disminuía la intensidad del festival.
Así comenzó el Knotfest 2025, un día que promete mucha música, adrenalina y una dosis de metalcore que hará vibrar hasta al más escéptico.




























