Ciudad de México — Durante su más reciente comparecencia pública, la presidenta Claudia Sheinbaum defendió la legitimidad del apoyo popular que ha recibido su gobierno y respondió a las críticas sobre posibles “acarreados” en movilizaciones en su favor.
Sheinbaum sostuvo que la intensa movilización que convocó —en la que, según sus cifras, participaron cientos de miles de simpatizantes— no fue resultado de compra de voluntades ni de acarreo masivo, sino de una expresión genuina de respaldo ciudadano. “No habría tanta efusividad si hubiéramos comprado gente para la movilización”, aseguró.
La mandataria también arremetió contra lo que consideró campañas de desprestigio promovidas desde redes sociales y por grupos conservadores, a quienes acusó de intentar debilitar al movimiento que ella encabeza.
Por su parte, simpatizantes agrupados en organizaciones obreras, magisteriales y populares respondieron presentes al llamado, llenando espacios públicos en la capital, lo que —según Sheinbaum— reafirma que su proyecto mantiene una base social sólida.
Con estas declaraciones, la presidenta busca proyectar fortaleza política y echar por tierra acusaciones de manipulación en movilizaciones, justo en un contexto de protestas juveniles y cuestionamientos a su administración.