El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que marca un giro histórico en la política antidrogas del país al ordenar la reclasificación del cannabis, con el objetivo de ampliar su investigación científica y facilitar el acceso a tratamientos derivados de esta sustancia.
Con la nueva disposición, la fiscal general deberá mover al cannabis de la Lista I —categoría reservada para drogas consideradas altamente peligrosas y sin valor médico— a la Lista III, donde se ubican sustancias con uso médico reconocido y un menor riesgo de dependencia, como la ketamina o medicamentos con codeína. A pesar del cambio, el uso recreativo de la marihuana continuará siendo ilegal a nivel federal.
La reclasificación permitirá eliminar restricciones que durante décadas han limitado los estudios científicos sobre los posibles beneficios terapéuticos del cannabis. No obstante, la decisión generó críticas dentro del Partido Republicano, cuyos legisladores advierten que la medida podría contribuir a normalizar su consumo.
El nuevo estatus del cannabis también tendrá efectos fiscales, ya que los dispensarios autorizados por los estados podrán acceder a deducciones de impuestos que antes les estaban prohibidas por comercializar una sustancia catalogada en la Lista I.
La orden ejecutiva incluye además la instrucción de trabajar con el Congreso para ampliar el acceso al cannabidiol (CBD). Como parte de un programa piloto, algunos beneficiarios de Medicaid podrán recibir productos con CBD sin costo, siempre que cuenten con prescripción médica. Las autoridades sanitarias deberán desarrollar modelos para evaluar de forma objetiva los beneficios y riesgos de este compuesto no psicoactivo.
Desde la Casa Blanca, funcionarios calificaron la decisión como una medida pragmática que busca actualizar una política vigente desde 1971. Aunque en los últimos años la mayoría de los estados ha autorizado el uso médico del cannabis y casi la mitad ha legalizado su consumo recreativo, a nivel federal seguía siendo considerado una droga sin utilidad médica.
Trump ha reiterado en distintas ocasiones su postura a favor de una regulación más racional, al considerar excesivas las detenciones por posesión de pequeñas cantidades. La orden ejecutiva representa, hasta ahora, el cambio más profundo en la política federal sobre cannabis en más de medio siglo.
Actualmente, el consumo recreativo de cannabis es legal en 24 estados y en Washington D.C., aunque continúa prohibido bajo la legislación federal.




























