En un contexto global dominado por el estrés y la incertidumbre, la fortaleza mental se ha convertido en una herramienta clave para el desarrollo personal. Lejos de ser un rasgo innato, la resiliencia es una capacidad que puede entrenarse con prácticas cognitivas específicas.
El especialista en liderazgo y psicología Scott Mautz, autor de The Mentally Strong Leader, explica que las personas con alta inteligencia emocional utilizan ciertos “mantras” mentales para reinterpretar los desafíos y convertirlos en oportunidades de crecimiento. Estas afirmaciones, que él denomina “chispas de felicidad”, ayudan a reorganizar pensamientos y emociones frente a la dificultad.
Uno de los principios fundamentales es aceptar que no existe un camino perfecto. La obsesión por las decisiones ideales suele generar inmovilidad y frustración, mientras que aceptar la imperfección facilita avanzar con mayor claridad.
Otro pilar clave es cambiar el enfoque de la pérdida hacia la gratitud: no centrarse en lo que se fue, sino en lo que permanece. Desde la psicología positiva, este ejercicio consciente mejora el bienestar emocional incluso en escenarios adversos.
Mautz también retoma conceptos de la terapia cognitivo-conductual al señalar que los hechos por sí mismos no determinan las consecuencias, sino la interpretación que hacemos de ellos. Esta perspectiva rompe con la idea de que toda dificultad conduce inevitablemente a un desenlace negativo.
La aceptación emocional es otro elemento esencial. “Déjalo ser” no implica resignación, sino reconocer las emociones difíciles sin permitir que dominen las decisiones futuras.
Finalmente, la resiliencia se fortalece al adoptar una doble mirada: una visión amplia del problema junto con pequeños pasos concretos. Esta combinación reduce la sensación de desborde y devuelve el control sobre la situación.
Según Mautz, repetir estas afirmaciones no suprime las emociones, sino que ayuda al cerebro a priorizar soluciones constructivas. El objetivo final es mantener el rumbo hacia la persona que queremos ser, sin que los obstáculos definan nuestro destino.