Mantener limpias las tablas de plástico en la cocina no es solo cuestión de estética, sino de seguridad alimentaria. Estos utensilios tienden a acumular manchas, olores y bacterias debido al contacto constante con alimentos como carnes, verduras, especias y salsas. Incluso después de un lavado tradicional, las superficies pueden retener residuos que representan un riesgo de contaminación cruzada.
De acuerdo con especialistas en inocuidad alimentaria del FSIS y USDA, las tablas de plástico desarrollan pequeñas ranuras con el uso constante, donde las bacterias pueden alojarse y multiplicarse si no se desinfectan correctamente. Por ello, es fundamental implementar métodos de limpieza eficaces y seguros.
Existen varias técnicas caseras para devolverle un aspecto limpio a la tabla sin recurrir a productos industriales. Una de las más populares combina sal y limón: humedece la superficie con agua caliente, espolvorea sal y frota con medio limón. Este método ayuda a eliminar manchas de alimentos como tomate o cúrcuma y neutraliza los olores.
Otra opción efectiva es la mezcla de bicarbonato de sodio y vinagre blanco. Al formar una pasta y frotarla sobre la tabla, se desprende la suciedad incrustada y se aclara la superficie, ideal para manchas persistentes tras varios usos. Para desinfección profunda, se puede aplicar cloro diluido con papel de cocina, siempre en concentraciones seguras y enjuagando bien después.
Además de la limpieza, es recomendable mantener rutinas de higiene adecuadas: lavar la tabla inmediatamente después de cada uso, secarla al aire, evitar guardarla húmeda y usar tablas separadas para carnes crudas y alimentos listos para consumo. Reemplaza aquellas tablas con grietas profundas o desgaste excesivo para minimizar riesgos.
Con estos cuidados, las tablas de plástico no solo lucirán como nuevas, sino que también contribuirán a un entorno más seguro y saludable en la cocina, evitando posibles enfermedades transmitidas por alimentos.
