A partir del 26 de diciembre de 2025, las autoridades de Estados Unidos comenzaron a recolectar datos biométricos, como fotografías faciales y huellas dactilares, de todos los extranjeros que ingresan y salen del país por aire, tierra o mar, informó el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
La medida, anunciada en octubre pasado y puesta en marcha esta semana, amplía los controles fronterizos tradicionales y ahora afecta a todos los no ciudadanos, incluidos quienes cuentan con tarjeta de residencia permanente (Green Card), trabajadores temporales, turistas, menores de edad y adultos mayores.
Entre los cambios clave que establece la nueva norma están la eliminación de exenciones por edad: menores de 14 años y personas mayores de 79 también serán sometidos a reconocimiento facial, algo que antes no se aplicaba de manera generalizada.
El DHS aseguró que este sistema ayudará a abordar preocupaciones de seguridad nacional, al confirmar de forma más concreta la identidad de los extranjeros que intentan entrar o salir de Estados Unidos y verificar su salida de manera más eficiente.
La medida ha generado debate entre activistas de derechos civiles, que cuestionan aspectos como la conservación de los datos, su tiempo de almacenamiento y el uso que se dará a la información biométrica recopilada.





























