De continuar utilizando antibióticos como hasta ahora, habrá una resistencia microbiana tan enorme que para 2050 provocará 10 millones de muertes, a mencionar de la Universidad Nacional Autónoma de México. Por esto, la universodad ahora ha emitido el testimonio para controlar la Resistencia Antimicrobiana CDMX 2021, cuyo objetivo a corto plazo es reducir la utilización de antibióticos en un 30% para 2024.
Ocurre que la resistencia a antibióticos es ya un problema que causa al año 700,000 muertes. Con el testimonio, la Universidad Nacional Autónoma de México desea llamar la atención de los 3 niveles de regimen para que se disuada la utilización indiscriminado de antibióticos. Una de las ideas es crear campañas educativas para que la población sepa de los perjuicios irremediables que conlleva utilizar antibióticos a la ligera, sin embargo otras ocupaciones deberán enfocarse a la industria agropecuaria donde además se utilizan antimicrobianos indiscriminadamente, e inclusive a las y los doctores.
Ocurre que además se necesita que las y los doctores tengan en mente la dualidad de recetar antibióticos, considerando en el corto plazo al paciente, empero además contemplando a mediano plazo el efecto colectivo. “Debería evitarse la prescripción rutinaria de antimicrobianos”, dice el testimonio firmada por la Universidad Nacional Autónoma de México, en especial en el procedimiento de infecciones respiratorias mejores y diarreas agudas. Su uso debería ser “únicamente para excepciones”.
Hace ya 5 años un análisis de JAMA alcanzó la conclusión de que el 30% de las recetas de antibióticos son innecesarias, y de continuar a aquel ritmo la resistencia bacteriana matará a más personas en 2050 que el cáncer, según un reporte ordenado por el regimen de Reino Unificado.
El silencio de la resistencia microbiana
Uno de los más grandes inconvenientes con la resistencia microbiana es que es un riesgo silencioso. El propio coordinador del Programa Universitario de Indagación en Salud, Samuel Ponce, reconoce que sus efectos no son tan evidentes como los de, ejemplificando, el coronavirus.
“La resistencia microbiana no la vemos de forma tan brutal como al coronavirus, por esa razón nos cuesta trabajo llevar a cabo ocupaciones, pese a que conocemos el escenario al corto y mediano plazos, puesto que como comentó la Organización Mundial de la Salud: cuántos millones de muertes habrá luego de 2040; o el Foro de Davos, lo cual costará al mundo este caso. Evidentemente requerimos en la siguiente década reducir el 50 por ciento del consumo de antibióticos a grado universal y para esto requerimos buscar que las metas planteados se conviertan en reglas y regulaciones”.
Doctor Samuel Ponce
La situación de la resistencia es tan apremiante que ya hay reportes de bacterias súper resistentes a antibióticos. Es tan preocupante que las novedosas guías de tratamientos para afecciones particulares como infecciones de vías urinarias agudas tienen que actualizarse muchas veces para estar al día con cuáles bacterias requieren nuevos métodos para combatirse. Un antibiótico recetado para una infección especial hace 5 años puede no tener el mismo grado de efectividad en este instante.
La resistencia bacteriana se entiende en esencia por la evolución. Controlar muchas veces a bacterias a acercamientos con antibióticos provoca que varias evolucionen para sobrevivir. En palabras de la OMS, “la resistencia a los antibióticos es hoy una de las más grandes amenazas para la salud mundial, la estabilidad alimentaria y el desarrollo”.
Aun cuando la resistencia a los antibióticos es un fenómeno natural, la utilización indiscriminado de medicamentos está acelerando el proceso de resistencia. Es verdad que cada nuevos antibióticos permanecen en desarrollo, aun cuando nuestra Organización Mundial de la Salud reconoce que ni ellas podrían afrontar a las maneras más peligrosas de varias bacterias súper resistentes. Además, la construcción de nuevos antibióticos no solo pone a prueba la velocidad de la medicina actualizada, sino que además va a ser una prueba de ingreso a la salud toda vez que nuevos fármacos podrían ser más costosos y por consiguiente menos disponibles.
Cierto es que los antibióticos son irrenunciables. Son, como dice la Organización Mundial de la Salud, fundamentales para casos particulares como el de un trasplante de órganos, una cirugía, o como parte del procedimiento de quimioterapia; no lo son como para toda clase de malestar.