Naomi Carmona / Grupo Marmor
Morelia, Michoacán.- Didi tenía 8 meses cuando una persona cruelmente y con toda ventaja, le echó ácido en sus ojos, destrozándolos por completo. Alguien más la rescató pero con la intensión de dormirla y acabar con su intenso dolor, sin embargo, a Didi le dieron una segunda oportunidad y ahora vive con una familia que todos los días le demuestra su amor.
“Cuando la recogieron la llevaban a dormir, ella tenía sus crías y a pesar de estar ciega, ella salía a buscar comida y les llevaba de comer a sus bebés. La persona que la recogió la quería dormir, pero la doctora dijo no; ella estaba sana, tenía escasos 8 meses cuando la recogieron”, mencionó Claudia Huentello, integrante de la asociación “Amar la Tierra”, y fue quien la mantuvo a su resguardo.
Pasó un año y seis meses, hasta que una familia decidió que Didi sería la nueva integrante. “No había nadie que quisiera arriesgarse con un perro con una discapacidad, si a los humanos los discriminan por tener una discapacidad, imagínense a los animales”.
Pese a que es completamente ciega, Didi es autosuficiente: juega, convive con otros perros y humanos, es cariñosa y memoriza el lugar en donde vive para caminar plenamente su espacio, va al baño sola, es muy limpia y una perrita muy feliz.
Claudia Huentello, destacó que Didi es muestra de que los animalitos con discapacidad merecen una segunda oportunidad:
“Ella es un ejemplo de que se puede rescatar, qué se pueden rehabilitar (…) ella es el ejemplo vivo de la crueldad, pero también del amor de los seres humanos”.