Un grupo de penitentes católicos en Filipinas celebró el Viernes Santo flagelando con látigos sus espaldas desnudas y ensangrentadas como parte de los ritos de Semana Santa en este país fervientemente religioso.
Numerosos hombres con los rostros cubiertos y los pies descalzos marcharon bajo el sol cerca de la capital Manila golpeándose con látigos de bambú o cargando cruces de madera mientras eran golpeados, en una tradición mal vista por la Iglesia.
Este penitente, todavía con heridas abiertas en la piel de otro rito celebrado en la víspera, caminó un kilómetro, golpeándose y parando en ocasiones para rezar en el suelo ardiente.