Detenidas en marcha feminista acusan que policías las torturaron

Según su testimonio, algunas de las mujeres detenidas durante el marcha feminista del 1 de mayo en Irapuato también fueron brutalmente torturadas por la policía. Tanto la Guardia Nacional como la policía hicieron uso excesivo de la fuerza dentro de la entidad.

Cuando comenzó la manifestación feminista el 1 de mayo en Irapuato, Guanajuato comenzó a dispersarse y la policía gritó: “¡Deténganlas!” Horas antes, unas trescientas mujeres habían marchado por el centro de la ciudad pidiendo el fin de la violencia de género y de la impunidad; Además, exigen justicia para Ángel Yael, el estudiante asesinado por la Guardia Nacional hace unos días, también en Irapuato. Mientras las feministas hacían dibujos en el Ayuntamiento, quemaban papeles frente a la puerta principal, rompían vidrios e incendiaban una oficina, un grupo de mujeres policías las observaba desde el otro lado del edificio.

Después de un tiempo, se escucharon gritos de arrestos y la policía atascó el resto de la protesta. Comenzaron a golpear y arrestar a todos los jóvenes de la zona: manifestantes, transeúntes, mujeres vestidas de negro por toda la plaza al final de la manifestación, incluso arrestaron a aquellas personas que habían intervenido para exigir que la policía no usara la violencia contra los manifestantes, según dijeron sus familiares a representantes de la oficina de Derechos Humanos de ACNUR en México.

Las detenciones indiscriminadas siembran el pánico y el miedo. No estaba claro cuántas personas fueron registradas y adónde fueron llevadas en unas pocas horas.

En la madrugada, la Secretaría de Seguridad de Irapuato informó que 28 mujeres, entre ellas cinco menores de edad (incluido un niño de 13 años), habían sido detenidas y un hombre intentó detenerlo. Estuvieron detenidos durante 14 horas sin comida. Fueron liberados el lunes por la tarde luego de que la organización Las Libres se presentara como su defensa.

Días antes, el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez, requirió fortalecer a las policías de ciudades como Irapuato, que ahora son acusadas de torturar, diciendo que “muchos de estos casos son evitables”.

En ese momento, el gobernador mencionó el asesinato de Ángel Yael y el abuso armado de la Guardia Nacional, lo que provocó las heridas que Edith Alejandra, estudiante de la Universidad de Guanajuato, aún se recuperaba. Tres días después, también en la localidad de Irapuato, los policías regionales de apuestas del gobernador fueron descubiertos haciendo uso excesivo de la fuerza, pero esta vez no culpó de lo sucedido. En contraste, en un informe de gobierno que dio a conocer esta semana, celebró la reducción de la violencia, a pesar de que Guanajuato sigue siendo el estado más asesino.

En la confusión y abuso de la detención también estuvo involucrada la alcaldesa de Irapuato, Lorena Alfaro. Hace exactamente dos meses, el 9 de marzo, demostró que la marcha feminista era “real” y que “Irapuato ya no es lo que era, su historia ha cambiado de los cuadros de mujeres en lucha”, declaró.