Silvio Berlusconi, el ex primer ministro italiano, murió el lunes 12 de junio en el hospital San Raffaele de Milán debido a complicaciones de la leucemia, según informes de medios italianos.
A la edad de 86 años, Berlusconi fue ingresado en el hospital el viernes pasado para someterse a una serie de exámenes médicos “programados” relacionados con su condición de leucemia. Con su fallecimiento, Italia pierde a un personaje influyente en la vida política del país.
Silvio Berlusconi, ex primer ministro de Italia, compareció en aproximadamente 2,500 ocasiones ante tribunales durante un período de 20 años, enfrentando 106 juicios. En 1994, asumió su primer mandato como primer ministro y se mantuvo en el cargo durante cuatro gobiernos hasta 2011. Durante su tiempo en el poder, lideró el partido de centro-derecha Forza Italia, que posteriormente se convirtió en una coalición bajo el liderazgo de Giorgia Meloni, actual primera ministra italiana.
Berlusconi padecía leucemia mielomonocítica crónica, una forma rara de cáncer de la sangre, según informaron los médicos del hospital San Raffaele a principios de este año. Aunque no se ha confirmado oficialmente la causa inmediata de su muerte, había experimentado problemas de salud desde que contrajo COVID-19 en 2020.
A lo largo de su trayectoria política, Berlusconi enfrentó diversos cargos que incluyeron malversación de fondos, fraude fiscal, falsificación de documentos contables e intento de soborno a un juez. No fue hasta febrero de 2023 que finalmente fue absuelto de los cargos de soborno a testigos relacionados con las controvertidas fiestas “bunga bunga” que se celebraron en su villa durante su mandato como primer ministro.
Berlusconi fundó su propio partido político, Forza Italia, hace 30 años en 1993, y le llevó un año llegar al poder. Aprovechando su pasión por el fútbol, utilizó el cántico de los aficionados para nombrar su partido político. Su estrategia publicitaria masiva, realizada a través de sus propios canales de televisión, contribuyó a su victoria en las elecciones de 1994.
La incursión de Berlusconi en la política fue vista como un intento de evitar implicaciones en casos de corrupción, después de que varias de sus empresas estuvieran involucradas en investigaciones.