La noche del pasado domingo en Tlaquepaque, Jalisco, una mujer de 30 años llamó a la policía municipal para denunciar a su esposo por agresión durante una fiesta. Lamentablemente, los agentes que acudieron a la finca en la colonia Nueva Santa María no tomaron en serio la situación, argumentando que se trataba de un conflicto de pareja y sugirieron a la mujer presentar una denuncia formal al día siguiente.
A pesar de insistir en que no se sentía segura y temía por su vida, la mujer no recibió la ayuda necesaria por parte de la policía, quienes se retiraron del lugar. Tristemente, una hora más tarde, alrededor de las 2:00 de la mañana, el esposo, también de 30 años, armado con un cuchillo, atacó a su esposa, quitándole la vida. La hija de la víctima intentó intervenir y recibió una herida en la mano. Posteriormente, el agresor se suicidó.
Los vecinos, alarmados por los gritos, llamaron nuevamente a la policía. Los mismos agentes municipales que habían desestimado la gravedad de la situación inicialmente regresaron junto con paramédicos de la Cruz Verde, quienes confirmaron el feminicidio y el suicidio. La madre de la víctima recibió atención médica en el lugar, negándose a ser trasladada a un hospital y prefiriendo quedarse junto al cuerpo de su hija.
Este trágico incidente ha generado indignación y críticas hacia la falta de empatía y acción por parte de la policía, lo cual no solo resultó en un feminicidio, sino que revictimizó a la mujer afectada. Diversos colectivos en defensa de los derechos de las mujeres han destacado la necesidad de una respuesta adecuada y sensible por parte de las autoridades en casos de violencia de género.
